viernes, 17 de abril de 2009

La cuna rota


Por Silvia Páez Monges G.
paezmonges@gmail.com

Triste. Ante la inoperancia del gobierno, la comuna capitalina y la insensibilidad de los encargados, la antigua casa Martínez- Sáenz, donde se gestó la idea libertadora, se desmorona.La construcción, del año 1772, presenta una fachada de buena apariencia, mientras la estructura ubicada en el patio trasero, se debate entre el suelo y los pocos materiales que la sostienen. Una viga completamente disecada y resquebrajada sostiene una de las partes del techo. Una deteriorada columna la sostiene, parada entre ladrillos ya caídos, cascotes y otras partes de la casa histórica. En el sitio web que la presenta, promociona distintos arreglos y restauraciones supuestamente hechos al edificio. Así menciona a lado de una imagen: “Patio de la Casa: Fotografía en donde se observa el tremendo deterioro por efecto del cupi`i (termitas), que afecta la madera y el soporte de la casa.” Pero en ningún lugar de la página, aparece lo arreglado. En una visita rutinaria, se puede comprender porqué. Cinismo. Esta es la Casa de la Independencia que no se ve. La del fondo, la que resiste con una cara pintada de blanco la indiferencia estatal, la que en verdad, le consume por dentro. En puertas del Bicentenario de la Independencia Nacional, y en el marco de las celebraciones, presentaciones de proyectos y ejecuciones de presupuestos destinados al evento, el rostro real, el verdadero estado de la cuna de la libertad les enfrenta. No con otra intención, si no la de reclamar la verdadera inversión y supervisión de las autoridades pertinentes, y la ciudadanía en general, a los fondos que allí se destinen. Ya sean del presupuesto nacional, o de los fondos que -bien se sabe- llegarán destinados a los proyectos financiados por el BID y otros organismos internacionales, con miras a las celebraciones patrias.
Que no la derrumbe la inconciencia .
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