Tan habitual que ya no escandaliza; tan ancestral quizás por caciquismo; tan arraigado que se nos volvió endémico.
El clientelismo es así, -y cuesta admitirlo- por nuestras propias culpas.
Este fenómeno alimenta tentáculos por el tráfico de influencias; y sostenido por partidos políticos, estructuras y elementos gubernamentales, configura hasta hoy uno de los mayores generadores de corrupción y decadencia estatal.
La Constitución Nacional expone a la idoneidad, como única exigencia para acceder a un trabajo en el Estado. También se cuenta con la Ley n° 2777, que prohíbe el nepotismo en la función pública; y con el Decreto nº 11.783/01, por el cual se reglamenta el Art. 59 de la Ley n° 1626/2000 de la Función Pública.
A pesar de ello, y desafortunadamente, en este conjunto legislativo, no están previstas reglamentaciones o herramientas efectivas contra el clientelismo. Es así como de esta necesidad constitucional, se inicia de un tiempo a esta parte, lo que la Ley 1.626 “De la Función Pública” instituyó como única forma de ingreso al funcionariado estatal: el Concurso Público de Oposición.
Encabezada por la Ministra Lilian Soto, el trabajo ininterrumpido de la Secretaría de la Función Pública (SFP), en la lucha contra este flagelo, se inició en el marco de la Concertación Nacional de Agosto de 2007. El proceso desarrollado hasta el año 2009- según el Informe de Gestión de Gobierno- se abocó al objetivo de la recuperación institucional y combate a la corrupción.
Para el avance, se realizaron acciones estratégicas. Algunas de las fundamentales fueron:
I) Impulsar la profesionalización del sector público mediante los concursos públicos de oposición: Se crearon mecanismos transparentes, públicos y meritocráticos para el ingreso y promoción en la función pública. Se aumentaron los Concursos Públicos de Oposición
II) Gestión de la transformación institucional del Estado: Se previó la creación del Manual de Aplicación, con principales herramientas de medición del “Índice de Gestión de las Personas” en el Sector Público desarrollado. Así como otras herramientas de gestión.
III) Investigación Proyecto Análisis Político y Escenarios de Corto y Mediano Plazo para Fortalecer la Gobernabilidad Democrática en América Latina (PAPEP): Fue prevista la elaboración y publicación de una “Carta de Navegación” de la SFP
IV) La profesionalización del sector público mediante la capacitación y la formación: Además del 1º Curso de Alta Gerencia Pública diseñado por la SFP, iniciado en el 2010, se realizaron capacitaciones en lengua nativa, atención al público y contra toda discriminación.
V) Hacia la erradicación de las discriminaciones en la gestión pública Políticas de Igualdad e Inclusión en la Función Pública: Fue creada un área específica, para impulsar y acompañar el proceso de inclusión efectiva. Se inició un proceso participativo para el diseño del “Plan de Igualdad de Género en la Función Pública” y una “Guía para prácticas inclusivas y no discriminatorias en la Función Pública”.
Más que a Funcionarios Públicos o Autoridades, la instauración de estos procesos favorecen a la Ciudadanía paraguaya. El trabajo continúa, y en su etapa más difícil: la de instalación definitiva de estos nuevos sistemas.
Con estas muestras de trabajo planificado y ejecutado, que da cercana la idea de que el clientelismo político, -que todavía fisura al aparato estatal- puede ser eliminado únicamente con la participación ciudadana en esta construcción cívica.
¿Cómo? Ejerciendo acción a través de los mecanismos creados para la participación, control y ante todo, denuncia.
En defensa de la “democracia republicana, representativa, participativa y pluralista”, desarticular el clientelismo, es el desafío. Actuemos, y nunca más volvamos a sentirnos culpables.
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